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Demoliendo estructuras

Esta bien, lo admito, el amor no se trata de lo que quiero, el amor sucede cuando quiere. Si, me llevo parte de mi vida darme cuenta de esto, unos cuarenta años ¿Bastante, no? Creo que si y lo mas importante es como día a día ciertas estructuras se van desmoronando. Claro que hablo de las mías, por supuesto. Quiero decir, que aprendí a borrar ciertos limites, ciertas creencias, ciertas formas de pensar. Muchos de mis no rotundos entraron en duda, colapsaron ante ciertas realidades. 
El amor no es racional, los racionales somos nosotros y esa debe ser la razón por la cual sufrimos tanto. No hay razones para amar pero si para no hacerlo ¿Increíble, no? pero verdadero.
Siempre estuve en contra de los amantes, lo sigo estando por cierto, porque creo que ser amante equivale a decir la verdad a medias. A no decir lo importante, equivale a palabras ausentes y a silencios demasiado prolongados. Es robarle el tiempo al otro y distraerse con un amor intermitente. Y por mi parte, no me gustan las intermitencias, me gusta el amor entero y no por partes. Eso no cambio en mi. Pero descubri que a veces uno no llega en el momento indicado a la vida del otro (O si) porque hay demasiadas cosas por resolver o por admitir. Entonces solo existen dos opciones, huir o aguardar el tiempo necesario. En otro momento de mi vida hubiera huido, habría escapado de esta realidad  y me hubiera resguardado en algún lugar seguro, lejos de la vida de la otra persona.Pero no lo hice y me permití descubrir de que se trataba. Fue así como otra estructura de mi vida se desmorono y un no rotundo se convirtió en un si. Por eso digo que el amor no sucede cuando uno quiere, el amor sucede cuando dos personas se descubren así mismas. Y tal vez se descubran diferentes, pero infinitamente conectados, con la capacidad del cambio a flor de piel. 

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