Ir al contenido principal

Demoliendo estructuras

Esta bien, lo admito, el amor no se trata de lo que quiero, el amor sucede cuando quiere. Si, me llevo parte de mi vida darme cuenta de esto, unos cuarenta años ¿Bastante, no? Creo que si y lo mas importante es como día a día ciertas estructuras se van desmoronando. Claro que hablo de las mías, por supuesto. Quiero decir, que aprendí a borrar ciertos limites, ciertas creencias, ciertas formas de pensar. Muchos de mis no rotundos entraron en duda, colapsaron ante ciertas realidades. 
El amor no es racional, los racionales somos nosotros y esa debe ser la razón por la cual sufrimos tanto. No hay razones para amar pero si para no hacerlo ¿Increíble, no? pero verdadero.
Siempre estuve en contra de los amantes, lo sigo estando por cierto, porque creo que ser amante equivale a decir la verdad a medias. A no decir lo importante, equivale a palabras ausentes y a silencios demasiado prolongados. Es robarle el tiempo al otro y distraerse con un amor intermitente. Y por mi parte, no me gustan las intermitencias, me gusta el amor entero y no por partes. Eso no cambio en mi. Pero descubri que a veces uno no llega en el momento indicado a la vida del otro (O si) porque hay demasiadas cosas por resolver o por admitir. Entonces solo existen dos opciones, huir o aguardar el tiempo necesario. En otro momento de mi vida hubiera huido, habría escapado de esta realidad  y me hubiera resguardado en algún lugar seguro, lejos de la vida de la otra persona.Pero no lo hice y me permití descubrir de que se trataba. Fue así como otra estructura de mi vida se desmorono y un no rotundo se convirtió en un si. Por eso digo que el amor no sucede cuando uno quiere, el amor sucede cuando dos personas se descubren así mismas. Y tal vez se descubran diferentes, pero infinitamente conectados, con la capacidad del cambio a flor de piel. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El hombre gris

El colectivo transita por la empedrada avenida Perón, son apenas las nueve y diez de la mañana y el trafico así lo demuestra, Buenos Aires esta despierta, todo el mundo parece ir en la misma dirección, por esta vía que es de solo una mano y se parece más a un embudo gigante que a una calle. El vehículo va casi completo de pasajeros, muchos de ellos van de pie, tratando de tomarse de cualquier lado con tal de no terminar en el piso. En el último asiento individual viaja Eduardo, flaco, alto, pelo ni corto ni largo, ahí, en esa medida que lo deja en el umbral de lo social y lo antisocial, y  lentes para combatir el astigmatismo que le dan cierto aire de intelectual. Con apenas veinte años y con más dudas que certezas, se ha decidido a buscar empleo y a estudiar de noche. No es fácil, él lo sabe, no solo porque sus padres se lo hacen saber todo el tiempo, sino porque con encender la televisión y sintonizar el canal de las noticias alcanza. Argentina vive de crisis en crisis, la hi

Vivir a la par

Vivir en pareja es igual a vivir a la par. Es recorrer el día a día juntos, es tener nuestra propia vida y saber compartirla con el otro. No es ser la extensión de nadie. Es saber que el otro necesita de su espacio y de su tiempo propio. Mientras no comprendamos esto, seguiremos invadiendo privacidades que no nos corresponden, atados a la inseguridad de esos celos que asfixian y acaban con cualquier intento de vivir en pareja, que no es otra cosa, que vivir a la par.

Telegram

  Desde hace unos días estoy haciéndome amigo de Telegram. Todo empezó por las nuevas políticas de WhatsApp que todos conocen y muchas personas optaron por mudarse de aplicación de mensajería. Hace un ratito genere un canal en Telegram, les dejo el enlace para los que quieran unirse: t.me/javieralejandroguirin y sino pueden buscar el canal por mí nombre.