Mis musas cada tanto me visitan, con o sin nombre me han sabido inspirar aun cuando la inspiración me dejo de lado.
Caprichosas e independientes han dejado mis deseos sin cumplir y más de una vez me he encontrado hablando solo.
Sin embargo, anoche una musa me respondió, no supe qué hacer y le hable de mi inspiración y de mis letras intentando reflejar su belleza.
Entonces ella sonrió ante su propia sonrisa, se vio en sus gestos y se reflejó en su mirada.
Fue quien preguntó y fui quien respondí.
Rompí un pacto y ahora tengo miedo que cuando ella sonría, su sonrisa no me atrape como siempre; que cuando hable no sepa mirarla como miran los poetas, así sin mirar y memorizando cada peca en su lugar y ubicando cada lunar más allá del propio lunes o del dia que sea.
Caprichosas e independientes han dejado mis deseos sin cumplir y más de una vez me he encontrado hablando solo.
Sin embargo, anoche una musa me respondió, no supe qué hacer y le hable de mi inspiración y de mis letras intentando reflejar su belleza.
Entonces ella sonrió ante su propia sonrisa, se vio en sus gestos y se reflejó en su mirada.
Fue quien preguntó y fui quien respondí.
Rompí un pacto y ahora tengo miedo que cuando ella sonría, su sonrisa no me atrape como siempre; que cuando hable no sepa mirarla como miran los poetas, así sin mirar y memorizando cada peca en su lugar y ubicando cada lunar más allá del propio lunes o del dia que sea.
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