Hace tiempo que le escribo a amores que no tengo, que no tuve y que no tendré.
El amor se volvió poesía, frase, pensamiento e incluso a veces una metáfora inexplicable.
La soledad sabe mí domicilió y yo la encuentro incluso en medio de la gente.
El tiempo dejo de detenerse y ya no corre apresurado. Dejé de tomar rostros prestados y ya no hago poesía con sonrisas lejanas.
El amor se volvió poesía, frase, pensamiento e incluso a veces una metáfora inexplicable.
La soledad sabe mí domicilió y yo la encuentro incluso en medio de la gente.
El tiempo dejo de detenerse y ya no corre apresurado. Dejé de tomar rostros prestados y ya no hago poesía con sonrisas lejanas.
Comentarios
Publicar un comentario