Ramírez revuelve su taza de café absorto en la corrección de apuntes y pruebas de sus alumnos, no hay muchos clientes en la cafetería esta mañana, afuera el día esta gris y ventoso. A pesar de que en ocasiones el lugar esta atestado de clientes, para Eduardo Ramírez se hizo costumbre hacer su trabajo en ese lugar. Los empleados apenas lo ven llegar preparan su desayuno de memoria, si el profesor no carga muchas carpetas es señal de que no estará tan ocupado y entonces le acercan el diario. Esta mañana no hay diario y la pequeña mesa desborda de papeles, anotaciones, pruebas llenas de correcciones y notas bajas. Un golpe seco en el blindex le arrebata su concentración, levanta la vista buscando al autor de ese ruido molesto en el vidrio. No hay nadie del otro lado, su mirada encuentra la plaza principal de la ciudad de Maschwitz con su extenso parque y su importante arboleda desde donde se desprende una lluvia de hojas secas que se esparce por la alfombra verde. Los hombres que trab
Nacido en el Delta, papá, ex,simpatizante de Argentinos Juniors. Lector y escritor cuando la inspiración me lo permite. El río es mí tranquilizante natural. Tigre,Buenos Aires, Argentina