Tengo tu aroma guardado en un pañuelo y con solo sentirlo me alcanza para que mis manos recuerden la suavidad de tu piel.
Un pañuelo con memoria, con el recuerdo exacto de la concavidad de tu cuello.
No lo tengo por tu olvido, lo tengo porque te lo pedí para no olvidarte.
Pero había olvidado mis deseos de no olvidarte y entonces la memoria me visito al instante.
Marcaste la diferencia de lo que creí era el amor.
Descubrirte fue comprender de que se trata que alguien te ame.
Y mientras me regalaste tu perfume en un pañuelo, desde aquel día...solo me dedique a perderte.
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