Mis aguas son un caudal de historias y vos lo sabes mejor que nadie.
Soy tu Paraná, tú Iguazú, tu pariente del mar, tu agua grande.
Mil nombres y solo me llamas río, como si con esa palabra definieras mi grandeza.
No soy santo, menos prócer, soy tu amigo, soy tu río.
¿Cuántas veces mi correntada color tierra te acompaño a tu destino sin que te dieras cuenta?
Tantas como mi memoria arremolinada de recuerdos me lo recuerdan.
Soy el que invadido por la melancolía de nuestro encuentro y a fuerza de correntada, trata de retenerte un poco más, haciendo que tu andar sea manso y lento.
El que acaricia tus islas y el que alguna vez dejo al desnudo al juncal, para que tu sacrificio fuera menos.
El que se deja acariciar por los sauces en las tardes de verano, mientras ese mar verde que parece brotar de entre los montes, inunda hasta el mismo aire.
El mismo que aquella vez libero aquel barco varado entre los bancos, levantando mis aguas y dejándolo libre.
Vos que decís ser hijo de estas islas y te haces llamar isleño, tenes que saber entonces, que mi correntada está hecha de mil islas de ensueño.
Soy tu Paraná, tú Iguazú, tu pariente del mar, tu agua grande.
Mil nombres y solo me llamas río, como si con esa palabra definieras mi grandeza.
No soy santo, menos prócer, soy tu amigo, soy tu río.
¿Cuántas veces mi correntada color tierra te acompaño a tu destino sin que te dieras cuenta?
Tantas como mi memoria arremolinada de recuerdos me lo recuerdan.
Soy el que invadido por la melancolía de nuestro encuentro y a fuerza de correntada, trata de retenerte un poco más, haciendo que tu andar sea manso y lento.
El que acaricia tus islas y el que alguna vez dejo al desnudo al juncal, para que tu sacrificio fuera menos.
El que se deja acariciar por los sauces en las tardes de verano, mientras ese mar verde que parece brotar de entre los montes, inunda hasta el mismo aire.
El mismo que aquella vez libero aquel barco varado entre los bancos, levantando mis aguas y dejándolo libre.
Vos que decís ser hijo de estas islas y te haces llamar isleño, tenes que saber entonces, que mi correntada está hecha de mil islas de ensueño.
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