Alguien me dijo "Tengo a tu hijo entre mis manos" refiriéndose obviamente a mi libro;lo cual parece una definición exagerada, pero no se que tan lejos esta de la realidad, si pienso que para concebir mi primera obra estuve un año y medio de mi vida trabajando en ella. Fue un embarazo largo parece......no se porque empece contándoles esto, pero la realidad es que esta vez, me acerco nuevamente a ustedes, para continuar compartiendo las imágenes de esas personas especiales, que han decidido acompañarme por este nuevo camino, esta vez es el turno de Silvia N Torti, a quien nuevamente le vuelvo a decir: Gracias!!
El colectivo transita por la empedrada avenida Perón, son apenas las nueve y diez de la mañana y el trafico así lo demuestra, Buenos Aires esta despierta, todo el mundo parece ir en la misma dirección, por esta vía que es de solo una mano y se parece más a un embudo gigante que a una calle. El vehículo va casi completo de pasajeros, muchos de ellos van de pie, tratando de tomarse de cualquier lado con tal de no terminar en el piso. En el último asiento individual viaja Eduardo, flaco, alto, pelo ni corto ni largo, ahí, en esa medida que lo deja en el umbral de lo social y lo antisocial, y lentes para combatir el astigmatismo que le dan cierto aire de intelectual. Con apenas veinte años y con más dudas que certezas, se ha decidido a buscar empleo y a estudiar de noche. No es fácil, él lo sabe, no solo porque sus padres se lo hacen saber todo el tiempo, sino porque con encender la televisión y sintonizar el canal de las noticias alcanza. Argentina vive de crisis en crisis, la hi
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